Ballenas en el mundo
 

Los antepasados de estos animales tan magníficamente adaptados al medio marino eran, sin embargo, animales terrestres cubiertos de pelo. Aquellos antepasados se acostumbraron a pasar cada vez más tiempo en el mar; era su manera de eludir a sus enemigos terrestres, superiores en número y fuerzas.

Llegó un día en que renunciaron por completo a salir del agua; allí encontraban todo lo necesario para su subsistencia. Y como ya no necesitaban patas para caminar, sus miembros cambiaron poco a poco: las patas delanteras se convirtieron en aletas. Las patas traseras simplemente desaparecieron. Las colas se convirtieron en fuertes aletas caudales, y como el tupido pelaje también les era innecesario, desapareció...

Pese a ser animales muy grandes y estar dotados de una enorme cabeza, las ballenas tienen unos ojos asombrosamente pequeños. Su oído externo no es más que una diminuta abertura circular situada detrás del ojo. Pero no nos engañemos por el tamaño de estos órganos, tanto su sentido de la vista como el del oído son excelentes.

Las fosas nasales de las ballenas están en un lugar muy distinto al de cualquier otro animal; la abertura de las mismas no se encuentra en el extremo del hocico, sino en lo alto de la cabeza. Esta curiosa y especial disposición le permite sumergirse y nadar debajo del agua con la boca abierta, gracias a lo cual puede capturar su presa debajo de la superficie, sin el menor riesgo de que sus pulmones se llenen de agua y se ahogue.

Una ballena es incapaz de respirar por la boca, pues su extraña nariz no se abre cerca de la misma; un tubo continuo lleva aire directamente desde la parte alta de la cabeza a la tráquea y a los pulmones. Cuando se sumerge, unos poderosos músculos cierran firmemente la abertura de la nariz, de manera que no puede entrar a ella ni una sola gota de agua.

Las ballenas son capaces de contener la respiración y permanecer sumergidas mucho tiempo sin dificultad. Cuando suben a la superficie, lanzan con tremenda fuerza el aire contenido en sus pulmones. Como este aire caliente está saturado de humedad, apenas entra en contacto con el aire externo (más frío), se condensa en un vapor visible. La respiración de la ballena se eleva en una hermosa fuente o columna de agua sobre la superficie del mar; cuando expulsa el aire de sus pulmones, se dice que “lanza el chorro” o que “sopla”.